La transición energética será sostenible o no será

Informe IPM Acelerar la Transición Energética

Los altos precios de la energía en 2022 por la invasión rusa de Ucrania han operado en un doble sentido: han provocado una inversión récord en energías renovables y, a la vez, en combustibles fósiles. El miedo por la seguridad energética determina las decisiones y atenaza los cambios.

Descárgate el Informe IPM «Acelerar la Transición Energética» para frenar el cambio climático aquí

Cuando se está negociando la actualización de las directivas europeas para alcanzar el objetivo de reducción del 55% de las emisiones en 2030, han arreciado las presiones para rebajar los objetivos de las directivas del “paquete de invierno” de 2018 y 2019, que priorizan los instrumentos de eficiencia energética y la participación de los consumidores en los mercados energéticos, en un intento de retardar la transición energética y prolongar el uso de los combustibles fósiles hasta 2050.

Según la ONU, el retroceso en los objetivos climáticos después de la pandemia acelera vertiginosamente la velocidad del cambio climático. Según el informe Net Zero de PWC, para cumplir el Acuerdo de París habría que reducir las emisiones un 15,2% de media anual, pero en 2021 cayeron un 0,5% y en 2022 aumentaron un 1%. Para la AIE los combustibles fósiles solo conducen a un futuro sombrío.

El Informe, “Acelerar la Transición Energética” elaborado por Javier García Breva, analiza el concepto de transición energética desde la regulación de las directivas europeas y las razones para impulsar la transición energética frente a la inflación provocada por los combustibles fósiles.

Dos alternativas para afrontar la crisis energética

Según JGB existen dos alternativas para afrontar la crisis energética:

  • La primera, modificar los mercados energéticos para que no dependan de factores exógenos, como los intereses de las autocracias productoras de gas y petróleo. Pero la reforma del mercado está bloqueada por Alemania y Países Bajos que defienden mantener la referencia del gas en la formación de precios, a lo que ha cedido la Comisión Europea con la oposición de España.
  • La segunda, sacar la energía de los mercados a través de la flexibilidad energética desde el lado de la demanda, convirtiendo cada centro de consumo en un centro de generación y cada edificio, empresa y vehículo en una central eléctrica. Los recursos energéticos distribuidos y los instrumentos de eficiencia energética que establecen las directivas europeas permiten agregar capacidad de energía flexible, ajustar la oferta y demanda de energía en tiempo real en cada centro de consumo y la participación de los consumidores en los mercados.

Para Javier García Breva, el concepto clave es la energía de proximidad que permite la más alta eficiencia energética. A través de la capacidad flexible la demanda se integra en el mercado y permite alcanzar mayores objetivos de electrificación, descarbonización y reducción de la demanda.

La agregación de capacidad flexible es la alternativa olvidada por Bruselas para sustituir los combustibles fósiles por energías limpias y abrir la competencia a los consumidores.


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