Resumen: En poco más de un año Japón ha sufrido el insoportable coste de la energía nuclear. Las indemnizaciones a los ciudadanos afectados por el desastre nuclear ascienden a más de 90.000 millones de euros.
El 1 de julio han entrado en vigor las tarifas para las fuentes renovables aprobadas por el Gobierno de Japón que ofrecen primas muy atractivas y atraerán la mayor inversión posible para la conexión de nueva potencia renovable que sustituya la parada de su parque de centrales nucleares después de las explosiones de los reactores de Fukushima en marzo de 2011.
En poco más de un año Japón ha sufrido el insoportable coste de la energía nuclear. Las indemnizaciones a los ciudadanos afectados por el desastre nuclear ascienden a más de 90.000 M€ y las inversiones necesarias para adaptar las nucleares a los nuevos estándares de seguridad no se han realizado y es la razón por la que los gobiernos locales se oponen a que sigan operando. El coste de esas inversiones no las hace rentables, lo que convierte la seguridad nuclear en un riesgo inasumible socialmente. Pero la sustitución de la energía nuclear por importaciones de gas natural ha hecho que Japón, por primera vez en su historia, haya tenido un elevado déficit comercial y ha comenzado a sufrir el insoportable coste de la dependencia energética.
Ahora se disponen a poner en marcha el más ambicioso plan de renovables con elevadas primas para instalar el mayor número de kilovatios renovables en el menor tiempo posible. La lección es clara: ante una crisis de suministro por partida doble se apuesta por las renovables porque son la única fuente autóctona disponible a coste cero y la tecnología de generación de más rápida aplicación.
Varias han sido las delegaciones japonesas que han visitado España en los últimos meses para estudiar la experiencia española y en muy pocos meses han tomado la decisión que convertirá a Japón en el primer mercado de renovables del mundo. La rápida maduración que han tenido las tecnologías limpias en los últimos cinco años ha hecho posible este cambio en la política energética nipona que contrasta con el estancamiento del resto de tecnologías energéticas.
Japón lideró la revolución tecnológica durante la segunda mitad del siglo XX y ahora se dispone a liderar la del siglo XXI que protagonizan las energías renovables. Pero es más, un año después del tsunami su economía crece al 4,1% gracias a la inversión pública a la que ahora se suma el impulso a un modelo energético basado en las fuentes renovables que incrementará la competitividad de su economía.
Y de eso se trata, de competitividad. Una economía moderna exige un sistema energético moderno y eso requiere tecnología y conocimiento propios, ahorro, eficiencia e innovación. De todo ello disponen las fuentes renovables de forma ilimitada. Japón ha añadido la visión estratégica y a largo plazo de país. En España hemos decidido ver pasar el futuro delante de nosotros y practicar la miopía del corto plazo. Japón seguirá creciendo con renovables y nosotros en recesión paralizándolas.