COP27: El Halloween del cambio climático

COP27

La Conferencia de las Partes de las Naciones Unidas sobre Cambio Climático (COP27) celebrada en Egipto pareció la prolongación de los disfraces de “Halloween” que ha finalizado en un trabajado triunfo de la industria de los combustibles fósiles y el freno a la lucha contra el cambio climático. A partir de ahora nada es lo que parece en el debate sobre el clima porque la OPEP ha tomado las riendas de las cumbres. La próxima será en Emiratos Árabes.

“Sin compromisos de reducción de emisiones ni exigencias para que los gobiernos sean más rigurosos en sus contribuciones nacionales y sin acuerdos de adaptación y mitigación, la creación de un fondo de “pérdidas y daños”, dirigido a los países más vulnerables (Plan de implementación de Sharm el-Sheij), es un éxito efímero y podría ser un fracaso mayor que el del fondo de adaptación de 100.000 millones de dólares aprobado para estos mismos países en 2009”

El enfrentamiento por los detalles se ha dejado para la COP28, siguiendo la costumbre de dejar para mañana lo que era para hoy.

Los dilemas climáticos entre la velocidad del cambio climático y el insuficiente crecimiento de las renovables, el lento ritmo de descarbonización y el crecimiento de las inversiones en combustibles fósiles, la incoherencia entre los objetivos de emisiones y renovables de las contribuciones y de los planes energéticos nacionales, la dependencia del gas y el petróleo y la transición energética, son conflictos que no han tenido respuesta y ante los que no han valido para nada las advertencias de la ONU sobre la velocidad catastrófica del cambio climático y las mentiras de gobiernos y empresas, ni la afirmación de la AIE de que la crisis energética y climática no se resolverá con más inversiones en combustibles fósiles sino triplicando la inversión en renovables.

Después de la COP27 el mundo está más lejos de cumplir el objetivo de reducción del 40% de emisiones en 2030 del Acuerdo de París de 2015. La guerra del gas iniciada por Rusia con la invasión de Ucrania ha dado prioridad a los combustibles fósiles en el sistema energético mundial y el ritmo de descarbonización y de reducción de emisiones va tan retrasado que será difícil que se recupere el esfuerzo necesario para evitar que el aumento de la temperatura del planeta supere los 1,5ºC.

La Unión Europea, a pesar de sus esfuerzos para que se hubieran aprobado compromisos más ambiciosos, ha recibido una respuesta acorde con su ambigüedad. No se puede anunciar un aumento del objetivo de reducción de emisiones del 55% al 57% y a la vez apoyar el carbón durante tres años e impulsar la inversión gasista cuando la AIE ha manifestado en su WEO 2022 que no se puede seguir considerando al gas como energía de transición. Si en la COP26 de Glasgow ya anunció la taxonomía que ha convertido el gas y la nuclear en energías verdes, en la CO27 Europa ha perdido la credibilidad en el liderazgo climático.

“Entre el optimismo del acuerdo sobre “pérdidas y daños”, cuya concreción se ha diferido a 2023, y la decepción por el freno a los compromisos del Acuerdo de París, la COP27 de Egipto ha supuesto un retroceso en la lucha contra el cambio climático”

El éxito de petroleras y gasistas es el del nuevo negacionismo climático que defiende retardar el calendario de la transición energética. En España se ha definido como resetear la transición energética por el jefe de la oposición Alberto Núñez Feijóo, siguiendo las críticas de los máximos dirigentes de la petrolera REPSOL a la transición energética por sus negativas consecuencias.

De nada han servido los estudios de científicos y organismos internacionales para alertar de que el mundo se aproxima al punto de inflexión climática. La conclusión más dramática es que la lucha contra el cambio climático tiene vuelta atrás y en Egipto ha comenzado a visibilizarse en cuanto la industria fósil ha comprobado cómo el crecimiento de las emisiones de CO2 se desacelera por el mayor uso de las energías limpias.

Europa debe aprender de este hecho y modificar la gobernanza de energía y clima para dar alternativas a los dilemas a los que la COP27 no ha dado respuesta.

Y la única respuesta es eliminar el uso y la dependencia del carbón, el gas y el petróleo.


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