Otro modelo de negocio: competir por la EE

El Ministerio de Industria ha sometido a alegaciones un nuevo borrador de Decreto de Certificación Energética de Edificios que se aprobará próximamente y que exigirá para la construcción, venta y alquiler de edificios el certificado de eficiencia energética y la obligación de exhibir el etiquetado energético en 2013 para edificios de más de 500 m2 y a partir de 2015 para los de más de 250 m2. A partir de 2020 toda la nueva edificación deberá ser de consumo casi nulo de energía para lo que tendrá que aprobarse un nuevo Código Técnico de Edificación.

La certificación energética de edificios existentes se incluía en la directiva de edificios 2002/91/CE, su trasposición al ordenamiento jurídico nacional lleva una década de retraso que ha motivado una sentencia contra España de los tribunales europeos en 2011. La nueva Directiva de eficiencia energética de edificios 2010/31/UE comienza su periodo de trasposición este año y con este decreto arranca parcialmente el proceso. Debería ser un imperativo normativo la trasposición en plazo de todas las directivas europeas, sobre todo aquellas que pueden representar la reactivación de sectores concretos de la economía.

Que todos los edificios deban tener su certificado de eficiencia energética a partir de 2013 es una medida que puede tener impactos muy positivos en toda la economía. Obliga a modificar el modelo de negocio de la edificación introduciendo el factor energía como elemento de competencia entre edificios y agentes y a cambiar también el modelo de negocio energético al considerarse el ahorro de energía como factor de competitividad en un mercado que hasta ahora ha valorado más el derroche energético. Por eso, nuestras elevadas importaciones energéticas son insostenibles.

Este nuevo modelo de negocio tendrá muchas ventajas: ayudará a reactivar el sector de la construcción y de la rehabilitación de edificios, será una gran oportunidad para el sector emergente de los servicios energéticos (ESE) al pasar a ser la eficiencia energética un factor determinante en la revalorización de los edificios y conlleva una consideración muy distinta de la edificación y el urbanismo desde la perspectiva de la eficiencia en todos los usos de la energía.

La Certificación Energética de Edificios necesita ser una medida eficaz y para ello será necesario que las Comunidades Autónomas, responsables en gran medida de la aplicación de este nuevo Decreto, exijan que el ahorro de energía sea una variable decisiva tanto en la nueva edificación como en la existente desde el próximo mes de enero. Igualmente, para que el esfuerzo por la eficiencia tenga un resultado a corto plazo sería necesaria una fiscalidad que incentivara el ahorro de energía y penalizara el mayor consumo. Y lo más importante, no esperar otros diez años para hacerlo.