No somos país de fracking

La agencia de información sobre energía AIE, dependiente del Gobierno de EEUU, ha publicado un informe sobre el gas no convencional en España que concluye que el potencial del subsuelo en nuestro país es la octava parte de lo que se anunció en marzo pasado por la asociación de exploradores y productores de hidrocarburos ACIEP. Los 1.977 miles de millones de metros cúbicos de reservas recuperables de shale gas se quedan en 226 y de las ocho cuencas identificadas, solo la Vasco- Cantábrica tendría recursos potenciales. El resto tienen porcentajes de éxito tan bajos que no son viables.

En el informe se dan otros datos que confirman que España es el país europeo con menos gas no convencional técnicamente recuperable y que el potencial de Europa está a considerable distancia del potencial de EEUU, Canadá, China, Argelia o Australia. Con todos los hidrocarburos, convencionales y no convencionales, pasa lo mismo: las empresas suelen sobrevalorar las reservas para aumentar su valor y cotización en los mercados y alentar operaciones especulativas basadas siempre en potenciales activos difíciles de contrastar o supervisar debido a que muchos fondos de inversión han invertido cantidades astronómicas de dinero.

Ante un mercado como el del gas y el crudo, tan volátil, con precios altos, demanda creciente y tasa de reposición negativa entre las nuevas prospecciones y el aumento de la demanda, el shale gas resulta más una campaña de marketing para contrarrestar la difícil sostenibilidad de la industria extractiva. Es más curioso que en nuestro país sean multinacionales de EEUU y Canadá las que están detrás de las exploraciones. La Comisión Europea ha calculado que en el mejor de los casos, incluyendo el potencial europeo de gas no convencional, su dependencia energética no bajará del 60% en 2030.

Desde la propia Agencia Internacional de la Energía se ha advertido la necesidad de grandes inversiones para afrontar la demanda futura de petróleo y gas y que la seguridad energética y el cambio climático hacen necesario invertir mucho más en renovables porque es más fácil y rentable. Un pozo no convencional cuesta seis veces más que uno convencional. Para un país como España, sin recursos propios de hidrocarburos ni de fracking, con una dependencia energética 30 puntos superior a la media de la UE, no tiene ningún sentido el apoyo a recursos que no se tienen y, por el contrario, se niegue el apoyo a los recursos naturales propios e ilimitados de que podemos disponer en nuestro territorio como son las fuentes de origen renovable.

El fracking es un ejemplo de lo poco que hemos aprendido de la crisis. Olvidamos el concepto de ordenación del territorio para declarar todo el suelo como urbanizable y ahora lo volvemos a olvidar para autorizar exploraciones de hidrocarburos en más de 400.000 hectáreas. La destrucción del territorio y de nuestros recursos hídricos y alimentarios no puede ser ninguna prioridad económica ni energética porque es solo eso, destrucción de la tierra para favorecer un modelo de economía especulativa. Y lo estamos pagando. ¿Es eso lo que queremos otra vez para nuestras provincias y regiones?

El link de la web de la EIA donde aparece el informe «Word Shale Gas Resources: An Initial Assessment of 14 Regions Outside the United States» es el siguiente: http://www.eia.gov/analysis/studies/worldshalegas/