Resumen: Más del 60% del ahorro energético se puede obtener en la edificación y a ello se va a destinar el 20% de los fondos europeos del FEDER. Estamos ante un potente instrumento de reactivación económica y empleo.
La Comisión Europea ha presentado un informe sobre política energética al Consejo Europeo de 22 de mayo en el que España figura, junto con Eslovenia, Portugal e Italia, entre los países que no han transpuesto la directiva de eficiencia energética de edificios de 2010, cuyo plazo finalizó en julio de 2012. Este hecho ha provocado que la Vicepresidenta de la Comisión, Neelie Kroes, haya anunciado un expediente de infracción y se suma al voto negativo del Gobierno a la nueva directiva de eficiencia energética al creer que el ahorro de energía penaliza a la economía española. Para la UE el objetivo de ahorrar un 20% de consumo de energía para 2020 es prioritario porque considera la eficiencia energética como innovación tecnológica para reducir las importaciones energéticas y las emisiones de CO2. Está claro que estas prioridades no son las de la política española.
El decreto de certificación energética se limita a transponer con diez años de retraso la directiva de 2002 en lo que se refiere a edificios existentes. En una disposición adicional transpone parcialmente la directiva de eficiencia energética de edificios de 2010 para que los edificios sean de consumo de energía casi nulo antes de 2020; sin embargo, en el procedimiento básico de certificación se ha suprimido el concepto de edificio de consumo casi nulo que figuraba en el borrador. El concepto que define la directiva es muy claro, son edificios que su mínimo consumo se abastece con renovables y autoconsumo. Al no definirse el concepto en el decreto, se refiere a una figura inexistente.
La eficacia de la certificación energética queda pendiente de la regulación que corresponde desarrollar a las Comunidades Autónomas. El registro, control, inspección e información queda dentro de sus competencias. La falta de impactos fiscales a la calificación energética así como la revisión pendiente del Código Técnico de Edificación y la no mención a las empresas de servicios energéticos hacen que este decreto esté todavía a mucha distancia de los objetivos de las directivas europeas de eficiencia energética.
Todo el parque de más de 26 millones de edificios necesita la certificación y el 80% la rehabilitación energética que supondrá una revalorización de los edificios. Más del 60% del ahorro energético se va a obtener en la edificación y eso implica un ahorro mínimo de 7.000 M€ a los consumidores y a ello se va a destinar el 20% de los fondos FEDER. No hay duda de que estamos ante un potente instrumento de reactivación económica y empleo. La falta de planes concretos, como establecen las directivas, dejan estas medidas lejos de lo que el país necesita.
Artículo original para El Mundo Su Vivienda