Carmen Monforte ha publicado dos veces, en febrero y noviembre de este año, sendos titulares en Cinco Días más esclarecedores sobre el sistema eléctrico que toda la palabrería de UNESA y del Mº de Industria contra el régimen especial: el descenso del consumo desde 2007 ha costado al sistema eléctrico 10.000 M€ que han engrosado el déficit de tarifa. Según REE sin la caída del consumo a los niveles de 2005, el déficit tarifario sería 6.000 M€ inferior. Hay una relación directa entre el menor consumo eléctrico y el incremento del déficit tarifario o, lo que es lo mismo, entre la crisis económica y el modelo energético que defienden las eléctricas.
Pero hay alguien que no se ha enterado. El Consejero Delegado de Gas Natural Fenosa acaba de augurar que en 2013 ya no habrá déficit de tarifa. ¿De verdad cree el Sr. Villaseca que en 2013 habrá crecimiento económico y el consumo eléctrico superará el 4% como antes de la crisis? Por confundir que no quede. Montoro ha garantizado que la reforma energética no elevará el déficit público y se ha cargado llevar las renovables a los presupuestos A Soria solo le queda una posibilidad: elevar la tasa del 6% al 7% y seguir cargando la crisis a las renovables, la cogeneración y a los consumidores.
La conclusión es que bajo el lema de destruir las renovables por malas se oculta la necesidad de mantener e incrementar determinados costes regulados, como los pagos por capacidad, interrumpibilidad, extrapeninsulares, transición a la competencia, subastas de la TUR, conformación de precios del pool, que distorsionan el mercado y la competencia pero garantizan los ingresos que se pierden por la menor demanda. Como el modelo se basa en incrementos del consumo por encima del crecimiento del PIB a base de fuentes fósiles que se importan del exterior, la crisis arruina el modelo y, lo que es peor, el modelo energético es incompatible con la salida de la crisis y el crecimiento.
Dentro de la crisis financiera avanzamos hacia otra crisis energética por la decisión política de impulsar un modelo basado en el incremento del consumo e importaciones de gas y petróleo. Mientras las renovables se hacen competitivas en todo el mundo y en toda España, aquí se las repudia a pesar de ser el único recurso propio y gratuito del que disponemos. Los últimos gobiernos han amparado una política energética irracional que ha cedido a renunciar a la energía que tenemos para impulsar el consumo de la que no tenemos. Se olvida que la energía es un factor clave para la recuperación económica, pero requiere un nuevo modelo de negocio energético basado en el ahorro de energía y el mayor consumo de fuentes energéticas propias como las renovables. Es lo racional; pero ya se sabe que las crisis tienen su origen siempre en decisiones irracionales.