Hacienda siempre gana

Hacienda siempre se lleva el mayor premio de la lotería. Este axioma es el que el ministro Soria ha olvidado a la hora de fijar los criterios para la tarifa eléctrica de 2013. Lejos de afrontar la reforma del sistema eléctrico que anunció hace un año ha optado por cargar a nuevos impuestos y a los presupuestos el desequilibrio de la factura de la luz. Su anuncio de más medidas para julio es el reconocimiento de un fracaso y que la política inveterada de derivar los problemas al siguiente semestre no ha cambiado.

UNESA y el Ministerio de Industria han insistido en llevar a los presupuestos todos los costes regulados del recibo de la luz, no solo los del régimen especial, para resolver veinte años de desorden regulatorio creado por ambos. Es la salida fácil para que todo siga igual, pero la más peligrosa. Han ignorado que el Ministro de Hacienda manda más que el de Industria y que si España no va a poder cumplir sus objetivos de déficit público en 2012, 2013 y 2014, engordar el gasto público para resolver sus balances sería rechazado de plano por Bruselas. El primer gasto del Estado para 2013 va a ser la ayuda pública a la banca y más de 50.000 M€ para el rescate financiero van a ser costeados por los contribuyentes. Pretender hacer lo mismo con el sector eléctrico es imposible y otra injusticia social.

En el preámbulo de la recién aprobada Ley de Medidas Fiscales hemos podido conocer tanto las importantes exenciones fiscales que han disfrutado el gas, el fuel o el gasóleo como el hecho de que los residuos nucleares y la responsabilidad civil de accidentes nucleares son “servidumbres” que debe pagar toda la sociedad y no los dueños de las centrales. Es una manera de reconocer las subvenciones que reciben los combustibles fósiles y el incalculable coste real de la energía nuclear. Solo son destellos de lo que encierra un sistema caracterizado por su opacidad y falta de competencia, como no se cansa de denunciar la Comisión Europea que ha advertido al Gobierno sobre la desaparición de los organismos reguladores, como la CNE y la CNC, que también han denunciado esta situación.

La solución se resume en recaudar más para consumir más energía. Y el resultado es que el 1 de enero de 2013 ya se cuenta con un déficit de más de 5.000 M€ en el sistema eléctrico, solo por la medidas adoptadas desde el Gobierno, que se pretende cuadrar con los presupuestos. Si se han parado las renovables y se han suprimido los incentivos al ahorro de energía está claro que el problema es el régimen ordinario, como reflejan los anuncios de la CNE sobre la necesidad de “hibernar centrales” o de Iberdrola que prevé desmontar cinco centrales de gas.

Igual que está pasando con la economía, el error del Gobierno es aplicar medidas pro-cíclicas, de más consumo de energía y subvenciones a las energías convencionales como el gas, el carbón o la nuclear, que en vez de afrontar los problemas los dejan para el siguiente semestre,  mientras la bola de nieve sigue creciendo pensando que también en 2014 el consumidor y el contribuyente lo aguantarán todo.