¿España la Alemania del sur de Europa?

helle-thorning-schmidt_La Oficina de JGBEl Secretario de Estado de Comercio afirmó la semana pasada que hay que conseguir que “España sea la Alemania del sur de Europa”. Hace más de una década, los funcionarios de Bruselas acuñaron el concepto de que los españoles éramos los alemanes del sur porque ejecutábamos con mayor eficacia que el resto de Estados miembros los fondos estructurales destinados a infraestructuras e inversiones en “cemento”; por el contrario, los fondos europeos destinados a innovación tecnológica se los llevaban los países del norte porque los españoles teníamos grandes dificultades para presentar proyectos de innovación. Esa es la diferencia de modelo de economía que hace ahora más difícil a España la recuperación económica.

El análisis surrealista que se hace de la salida de la crisis, identificando la recuperación con los resultados de la banca y no con los de población activa, empleo y renta per cápita, impide ver que seguimos con el mismo modelo económico que nos arrastró a la crisis. El freno impuesto por la reforma eléctrica al desarrollo de la innovación energética de la generación distribuida constituye un ejemplo de lo poco o nada que hemos aprendido de esta crisis y de la distancia que nos separa de modelos energéticos como los de Alemania o Dinamarca.

Recientemente Bloomberg ha publicado los datos de inversión renovable en el mundo durante 2013 y, aunque la inversión total ha bajado un 12% hasta 254.000 M$, la mitad corresponde a China y EEUU que mantienen una dura competencia por el liderazgo global en tecnologías renovables. En Europa, mientras Alemania y Reino Unido han invertido más de 14.000 y 13.000 M$ y Francia e Italia más de 4.000 cada uno, España baja a 1.100 M$. Entre 2012 y 2013 la inversión renovable española se ha reducido en más de un 90%, pasando de una posición de liderazgo a la cola.

Alemania acaba de presentar el primer informe de seguimiento de su reforma energética para sustituir el parque nuclear con el objetivo del 80% de generación renovable, 80% de reducción de emisiones y 50% de ahorro de energía para 2050. El informe demuestra que la senda es la correcta y el Gobierno alemán ratifica su apuesta por las renovables, a la vez que en la sociedad alemana crece la opción por la remunicipalización de las redes. En Dinamarca el cambio de partido en el Gobierno desde 2011 no ha modificado el objetivo de 100% renovables y su apuesta por la energía eólica. Ambos países cuentan con una capacidad de interconexión eléctrica como mejor garantía de suministro.

El liderazgo mundial lo están definiendo las tecnologías limpias y ese campo solo se lo disputan China y EEUU. En Europa seguirán siendo los países innovadores del norte los que acrecienten la brecha con los del sur al contar con modelos energéticos más eficientes y descentralizados. Por eso llama la atención la renuncia al liderazgo europeo en el desarrollo de las energías renovables y de la lucha contra el cambio climático decidido por la Comisión Europea que ha establecido un solo objetivo de CO2, eliminando los objetivos nacionales de renovables y eficiencia energética. El error de Bruselas es pretender competir con EEUU a través del gas esquisto y de la energía nuclear cuando el liderazgo por la competitividad se está jugando en otro campo en el que Europa es líder mundial porque ha demostrado que las renovables reducen el precio de la energía y la eficiencia energética los costes energéticos de hogares y empresas.

La apuesta por el fracking y la ampliación de vida de las nucleares es una apuesta por lo desconocido. Se ocultan sus costes reales, plazo y tecnología, su impacto ambiental, su financiación, su impacto social y en la ordenación del territorio, la gestión de los residuos, la responsabilidad civil y la cultura de seguridad en aras de la optimización de beneficios por unas pocas empresas y la socialización de pérdidas que asume la sociedad. Un modelo energético basado en energías de riesgo nunca reconoce sus verdaderos e incalculables costes. Eso no es competitividad sino codicia. El modelo nuclear que se ha anunciado en el Reino Unido parte de un coste que duplica el coste actual de la generación fotovoltaica. Esa es la razón de tanto miedo al autoconsumo y la generación distribuida.

En España el coste de las renovables es justo la mitad del que el Ministro Soria dijo en Davos. De 2009 a 2013 el coste medio anual de las renovables han sido 5.511 M€; pero el dato más importante es que nuestro índice de cobertura de la demanda es 1,73 puntos, cuando el de los principales socios europeos es 1,1. Solo utilizamos el 40% de nuestra potencia instalada. Eso nos da un margen de tiempo para desarrollar nuestra propia innovación energética baja en carbono basada en las fuentes renovables y la eficiencia energética porque son nuestra única fuente autóctona que permite plantear la competitividad sobre la energía que se tiene y no sobre la que no se tiene, sobre la innovación de las energías limpias y no sobre los costes ocultos de las energías de riesgo. De lo contrario, el atraso energético nos distanciará del liderazgo de los países del norte de Europa.